Parque nacional del Manu. Amazonía peruana.
Jaguar en el Río Manu. |
Os cuento nuestra experiencia. Hemos tenido una aventura maravillosa de seis días en el Parque nacional del Manu. Seis, solo seis, sin embargo quedarán en nuestro recuerdo para toda la vida.
Hemos ido acompañados y muy bien cuidados por William y su equipo, de la empresa Manu Explorers Peru.
El Parque nacional del Manu es fascinante. Tiene la mayor diversidad biológica en el mundo. Está en el sureste de Perú. Se divide en tres zonas: en la parte más alta se encuentra el bosque de montaña que está a 3500 metros sobre le nivel del mar; en la altura media, está bosque nuboso entre 1650 y 600 metros; y la tercera zona se corresponde con la selva que está a 300 metros. En el Manu habitan poblaciones indígenas amazónicas desde tiempos inmemoriales y también comunidades campesinas quechua.
El primer día salimos de madrugada de Cuzco hacia las montañas andinas en un transfer mini bus. Después de unas horas y alguna parada para ver aves desayunamos en Paucartambo, un precioso pueblo colonial. Continuamos ascendiendo hasta alcanzar la máxima altitud de la carretera, 3800 m sobre el nivel del mar. En este punto estaba la entrada del Parque Nacional del Manu.
Seguimos por la ruta andina, descendiendo, curva a curva, muy despacio, a una velocidad media de 40 km/h.
Paramos a comer a un lado de la carretera.
Estábamos en el bosque nublado, este era como esperábamos, laderas de alta montaña llenas de vegetación, agua por todas partes, cascadas, riachuelos, nubes bajas, niebla...
Gallito de las rocas. Bosque nublado. |
En el bosque nublado vimos el ave nacional de Perú, el Gallito de las rocas. Los machos chillaban y se movían mucho. La hembra parecía estar cerca pero la vegetación era densa y no la llegamos a ver. Normalmente los machos compiten por la hembra y ella elige. En la misma zona vimos el Quetzal de Cabeza Dorada. También estuvimos en un jardín viendo colibríes y tangaras.
Quetzal de Cabeza Dorada. Bosque nublado. |
Al atardecer, llegamos al alojamiento dónde cenamos y pasamos la noche.
Al día siguiente madrugamos mucho y todavía de noche nos acercamos con el coche hasta el puerto Atalaya del Río Madre de Dios. Pasamos nuestro equipaje del coche al bote así como todos los enseres que íbamos a necesitar en estos días, incluida el agua y la comida y lo necesario para cocinarla.
Salimos. Aguas abajo. Estaba amaneciendo y la luna llena presidía nuestra navegación. Toda una experiencia. Fuimos viendo muchas aves. También vimos una familia de capibaras en una isla del río. Desayunamos en el bote. Seguimos hasta encontrar la desembocadura del río Manu y nos adentramos en él, aguas arriba. Ahora íbamos a contracorriente y a baja velocidad. Este río era muy ancho pero poco profundo. El barquero debía buscar los mejores pasos dentro de la corriente. Después de unas cuantas horas paramos en la Estación de Guardaparques de Limonal. Allí presentamos nuestros permisos para entrar en la Zona Reservada del parque. Seguimos por el río Manu. En sus playas vimos cantidad de especies de aves diferentes, garzas, garcetas, gansos del Orinoco, charranes y rayadores... Los rayadores eran preciosos, volaban sobre la superficie del agua con el pico dentro para atrapar peces, crustáceos, insectos... Tal cual como en los documentales.
Rayadores en el Río Manu. |
Comimos mientras navegamos. Muy rico todo. Llegamos bien entrada la tarde a nuestro alojamiento Casa Matsiguenca. Esta comunidad de indígenas matsiguenca administra el albergue dentro de la selva, en una de las orillas del río. En el parque existen pueblos indígenas en aislamiento, no es fácil encontrarse con ellos, en todo caso deben ser respetados.
Jaguar y caimán en el Manu. |
Guacamayo rojo. Collpa. Parque Manu. |
Shushupe (Lachesis muta) |
Último día:
Salimos en bote de noche, navegábamos mientras amanecía sobre el río Madre de Dios. El sol apareció detrás de los gigantescos árboles de la selva. El río bajaba cargado de troncos y el agua era color chocolate. En algún sitio, en las montañas, había caído una gran tormenta.
Llegamos al puerto de Atalaya. Cambiamos las cosas desde el bote al coche que nos llevaría hasta Cuzco. De camino, vimos dos jardines diferentes de tangaras (aves de colores vistosos) y colibríes.
Golden-eared Tanager (Tangara chrysotis) |
Regresamos por la misma carretera que vinimos, la que asciende hasta los 3800 m de altitud. En esta carretera nos encontramos el resultado de la tormenta de la mañana, un desprendimiento de tierra y árboles que obstruía el paso. Entre todos, los chóferes de las transfer y algunos pasajeros voluntarios, se consiguió despejar lo suficiente el camino como para seguir la ruta.
Al anochecer, después de haber compartido una maravillosa aventura con nuestros amigos ingleses y peruanos, llegábamos a Cuzco.
Solo me queda agradecer a todo el equipo que hizo esto posible. Un equipo pequeño en número y enorme en compromiso y compañerismo. Fueron solo seis días. Seis días para siempre.
¿Te gustaría hacer un viaje como este? Nosotros fuimos con Manu Explorers Peru y resultó una muy buena opción, nos preguntaron cuáles eran nuestras expectativas y se adaptaron a ellas.
Jacobino Nuquiblanco (Florisuga mellivora) |
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