Los linfocitos nos defienden. Vídeo de linfocitos destruyendo células cancerígenas.
Los linfocitos nos defienden contra las infecciones.
Cuando los microbios o virus penetran y se multiplican en
nuestro organismo, nos causan una enfermedad infecciosa.
Nuestro cuerpo, para frenar a estos gérmenes tiene varias
barreras. La primera barrera está formada por la piel y las mucosas. La piel y las mucosas no
son barreras infranqueables, si los organismos patógenos logran traspasarlas se
encuentran con la segunda barrera, los fagocitos.
Los fagocitos son un tipo de glóbulos blancos que engloban y
destruyen los gérmenes. Si los fagocitos ganan, la enfermedad infecciosa pierde y queda
superada. Si los fagocitos pierden, los gérmenes ganan y provocan una infección generalizada.
Ante una septicemia o infección generalizada nuestro
organismo dispone de la tercera barrera: los linfocitos.
Los linfocitos son otro tipo de glóbulos blancos; unos los linfocitos B, se multiplican y liberan anticuerpos que destruyen los gérmenes; otros, los linfocitos T, atacan a células infectadas por los virus y son capaces de reconocer y destruir nuestras propias células no deseadas, por
ejemplo aquellas células que se han convertido en cancerígenas.
En el vídeo siguiente se ve cómo actúa un linfocito “asesino”
(color verde-naranja) destruyendo las células cancerosas (color azul).
Cuanto antes detecten los linfocitos T a las células cancerígenas más posibilidades tendrán de frenar un cáncer incipiente.
Imagen primera y vídeo: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3542799/
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